Queridas amigas y queridos amigos de Oropéndola:
Como sabéis, hace ahora un año empezamos esta aventura empresarial con vocación de ofrecer a Guadalajara un espacio donde todo el mundo, independientemente de su edad e intereses, pudiera encontrar actividades enriquecedoras, formativas, culturales y sobre todo divertidas que aportaran luz y alegría a su vida. A lo largo de los meses, gracias a vuestra confianza y apoyo, podemos decir que hemos conseguido el objetivo. A fecha de hoy, sois muchos los que habéis pasado por nuestras instalaciones para aprender, conocer gente, poneros en forma, meditar, disfrutar de la música y el teatro, celebrar una fiesta o pasar buenos momentos en familia. También sois muchos los que nos habéis ofrecido vuestro talento para actuar aquí, realizar algún taller o dar clases de las más diversas disciplinas. Por todo ello, por la confianza depositada en Oropéndola y por vuestra aportación al proyecto de uno u otro modo, os damos las gracias.
A lo largo del último mes hemos llevado a cabo nuestros campamentos urbanos de verano, de los que también podemos sentirnos orgullosos. Niños y niñas de distintas edades han pasado muchas horas de diversión, aprendiendo y creciendo con nosotros en estos días de vacaciones estivales. Ahora, después de un curso tan productivo en tantos sentidos, muchos estáis ya esperando que abramos el plazo de inscripción para el año que viene en las actividades para niños y bebés, el baile, el deporte, los idiomas, el arte, la música y el canto, la escritura, la meditación… Este sería el momento de hacerlo y de celebrar con alegría nuestro primer aniversario anunciando las nuevas e interesantes propuestas en las que venimos trabajando desde hace tiempo, como cursos lúdicos de francés, formación para personal shopper, teatro…
Sin embargo, llegados a este punto, nos vemos obligados a asumir una circunstancia sobrevenida que impide que podamos llevar a cabo estos planes. Por causas ajenas a mi voluntad y a la de quienes formamos este proyecto, a partir de agosto Oropéndola se queda sin espacio. Nos vemos obligados a dejar el local en el que veníamos desarrollando nuestra actividad, lo que supone un duro revés a nuestros planes. En las fechas en las que estamos y con septiembre echándosenos prácticamente encima, nos resulta imposible poder poner en marcha a tiempo para el nuevo curso un nuevo espacio en las condiciones óptimas y cumpliendo con nuestro nivel de auto exigencia. Por esta razón, no nos queda más opción que interrumpir nuestra actividad y cerrar Oropéndola por un tiempo indefinido, mientras barajamos las posibilidades de reanudar el proyecto en otra ubicación y en otro momento.
Soy consciente de que esta noticia trastocará los planes de quienes durante este curso habéis iniciado actividades aquí y teníais previsto continuar a partir de septiembre, así como de quienes nos habíais comunicado vuestra intención de iniciar algún curso o taller. También es una mala noticia para todo nuestro valiosísimo equipo de profesorado. Pero, sobre todo, es una mala noticia para mí que, personalmente, he puesto toda la ilusión y el esfuerzo del mundo por hacer de Oropéndola una empresa cultural viable y un espacio acogedor para quienquiera que viniera a visitarnos. Por todo, me siento triste por la despedida –aunque confío en que no sea definitiva– y abrumada por la idea de haber podido causar un trastorno en vuestros planes; os pido perdón si así ha sido. Pero, más allá de esta tristeza, me hace feliz haberos conocido porque todos, de un modo u otro, habéis enriquecido mi vida.
Me despido, pues, quedándome con lo bueno de esta aventura y confiando en poder retomar pronto este proyecto tan ilusionante. Asimismo, me pongo a vuestra disposición si queréis contactar conmigo directamente a través de mi página personal de facebook, ya que las cuentas de Oropéndola en internet serán canceladas próximamente.
Muchas gracias por toda la luz que me habéis dado. Sed felices.